viernes, 14 de diciembre de 2012

Diccionario Azteca: 1a parte

Cuando uno empaqueta su vida y se la lleva a 10.000km de distancia no piensa que debe dejar espacio en su mochila para un diccionario. ¡Me voy a México! Allí hablan español ... En fin es cierto, español, pero un español distinto. Es extraordinario llevar todo el dia puesto el chip de descubrimiento que nos dejamos abandonados en un cajón cuando nos quitamos la ropa de niño.
Para empezar los nombres de las ciudades, calles, montañas...etc: Atlixcayotl, Popocatépetl, Oaxaca (se pronuncia "Uajaca"), Iztacciuatl (lo dejaremos en "Ista"...), Cuatlancingo, Huatjoncingo.... Ya sólo escribirlo me cuesta.
La compra de alimentos deviene también una aventura: Para empezar hasta que uno no entra en una tienda de abarrotes no deduce que está en un "colmado"Entonces pide por "dondé están las pastas" y la cara del empleado denota que debías haber preguntado por otra cosa que al poco descubres que son sopas. El "pan" son tortas. Las tortillas son una masa redonda de harina o trigo con la que envuelven los alimentos a modo de bocadillo. ¿Y nuestra "tortilla"? Bien fácil para la gente de mundo: una omelet. Bueno, hay cosas más deducibles: por ejemplo el jitomate. Al principio pensábamos que era un "tomate" que daba risa, pero después entendimos que también los más serios reciben ese nombre.



Los verbos cotidianos también exigen un cambio de registro: Cuando jalas no comes, sino que "estiras" algo. Bien, en realidad jalar es el verbo comodín de México y tiene infinidad de acepciones que aún no hemos descubierto. Los mexicanos no "beben" cerveza (por cierto, hay muchas y buenas) sino que toman. No se "emborrachan", sino que se empedan. Un pedo excesivo puede conseguir que te caigas a la alberca, y entonces entender que el agua en la que te sumerges es la de la "piscina"
Son generosos no "dan" las cosas sino que las regalan. Incluso una firma ("me regala una firma por, favor"). Después de la firma no "verifican" o "comprueban" si es auténtica, sino que lo checan. 
Como sois gente viajada no hace falta dar muchos datos del verbo "coger". Eso sí, decir frente a los más ingenuos que acabas de coger el autobús puede producir miradas de soslayo a ti y al tubo de escape, e incluso ciertas dosis de admiración infundada. La contraparte es que tiene un efecto cohercitivo con tu lenguaje: De momento incluso me cuesta pronunciar variantes como "recoger", absolutamente inocuas, sin ruborizarme inconscientemente. Tiempo al tiempo.

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